Ya vienen los Reyes...
Hoy es un día mágico, es 6 de enero, es el tradicional Día de Reyes. Parece que
por unos instantes las trágicas noticias, el paro, el hambre y la guerra se paralicen
y den paso a los niños, a las sonrisas y a los regalos.
En Madrid,
Valencia y Barcelona recibieron ayer por la noche a sus majestades de Oriente
con cabalgatas infinitas, quilos y quilos de caramelos y sobre todo miles de
euros invertidos. Todo para que los más pequeños y también los grandes, por qué
no, disfrutaran de esta fiesta.
Sin embargo,
ese derroche de dinero desaparece en las localidades más pequeñas y con muchos
menos recursos. En la mayoría de los pueblos los Reyes Magos de Oriente llegan
en coche, a pie y con un poco de suerte a caballo. Eso sí, también les
acompañan sus respectivos pajes.
¿Saben cual
es la diferencia? Ninguna. Porque la misma ilusión contempla un niño de una
gran ciudad que un niño de un aldea de ochenta habitantes. Al fin y al cabo lo
importante es que vengan, el cómo es lo de menos.
Ante esta
situación, me pregunto cuál es el objetivo de esas cabalgatas millonarias.
Seguramente muchos dirán que impresionar a los niños, pero quizás sea por
encima de todo impresionar a la galería.
¿Alguien se
ha planteado que sentirá un niño, que por la situación económica de su familia
no recibirá regalos, al ver a los Reyes Magos envueltos de tanta riqueza y sin
un presente para él? Desgraciadamente ante esta situación se encuentra tal día
como hoy muchos infantes.
Mi objetivo
no es amargarle el turrón y los dulces que todavía se sirven a estas horas,
solo mostrarles una realidad que existe y que tenemos que cambiarla. Así que,
para el año que viene reduzcan el coste de las cabalgatas y hagan
soñar aquellos que por sus circunstancias más se lo merecen. Además, estos
siempre son los más agradecidos.